SiempRe HaY cApUlloSss

SiempRe HaY cApUlloSss

jueves, 16 de agosto de 2012

... Viendo HaciA deNtro...



Hay veces que me siento morir. Morir de tristeza, morir de angustia, morir de alegría, morir de ternura... morir de todo. Aún así,  aferrada a la vida, a su tibieza y muchas veces a su intrascendencia, porque sí, después de tanto tiempo, las cosas suelen ser tan insignificantes.
No puedo evitarlo, siento enojo y siento impotencia, cuando vivo y ¡qué cosas vivo!... la violencia, la indiferencia, el egoísmo, la enajenación. Pero no, no por siempre tristeza, porque yo sé y sé muy bien, que así como profunda puede ser mi tristeza, profunda puede ser mi alegría, porque también reconozco y vivo la sinceridad y la reciprocidad. Porque guardo esperanza para todxs y también la guardo para mí.
En esos ojos claros que reflejan la poca inocencia y al mismo tiempo la poca experiencia de tu pequeño ser, me doy cuenta de que aún es largo nuestro andar, y me siento morir de nuevo y quiero llorar... Pero no tengo miedo, ni del presente, ni del futuro y lo que he sido ya no seré.
Hay veces que me siento morir... y en mis lágrimas cabe el mundo entero.


miércoles, 15 de agosto de 2012

LO QUE PASA ES QUE HAY MUCHO ESPANTO SOCIAL Y YA LES DIO MIEDO NUESTRA POLÍTIKA DESDE LA MERA IZQUIERDA... SENTIMOS.



Kristina Martínez y Natalia Montiel.
Febrero 2011.

...en alguna asamblea en algún lugar del  Sur...

Dicen que los tamboreros y tamboreras, músikos, malabaristas y
Lok=s  artistas somos  drogadikt=s.
Dichos estigmas, entre otros muchos  no nos dejan avanzar. No dan paso a que la juventud  surja, viva, grite, luche haciendo artes.
Nosotros, nosotras pensamos que tales prejuicios son un muro para las luchas de Liberación.
El konsumo de  drogas está en el plano personal y por tanto debe RESPETARSE nuestro derecho de KONFIDENCIALIDAD. Y por aká no es territorio rebelde ni mucho menos autónomo. Andemos  menos entre chismes.
Aunque kompañeros, kompañeras sí somos.
Dichos pensares y sentires tienen fundamentos doble-moralistas,  provokan exklusión y por  tanto quienes así piensan y aktúan reproducen los patrones patriarkales del sistema  que tanto nos kuestan.
Sí se tiene que trabajar más kon la  apertura a las diferencias y las kuestiones de género.
Decir nuevamente que no es una novedad que esto okurre. Tampoko es una novedad que estas drogas, inkluyendo el alcohol o el dinero  son produktos que el sistema  ofrece premeditadamente para nuestro kontrol.
Aunque hay sectores que no muy kontrola. Afortunadamante.
También hay que entender  que hay una diferencia entre konsumir drogas o alcohol  y el ser alkohólico o drogadikto, pues entendemos que éstos últimos tienen que ver kon dependencias dominantes que bloquean la toma de decisiones konscientes de quienes las konsumen.
Y aún así dentro de la juventud existen personas que han salido avante de tales situaciones. Tales esfuerzos merecen rekonocimientos al  mérito por  la autodeterminación de quien logra tan admirable alkance.



Porque sí, a veces andamos por allí lapidando pensamientos.
Otra realidad opresora es la de aquellos adultos y adultas que se empeñan en señalar el ciklo vital humano que  korresponde a la generación nacida en los ochentas komo un periodo de karencia de responsabilidad y seriedad,  prefiriendo llamarl=s libertinos.
Alegría Somos.
Si bien que se duerme en grupo  entre ellos y ellas, sin que siempre el sexo oriente.
Hermosa forma de relacionarse entre risas. Aunque sus excepciones también hay.
¿No será más bien que  el sistema muerto no da  muchas opciones? Al kontrario,  manipula al punto de la opresión. ¡Que si no! si hasta  nos fugamos, kantamos, bailamos, reímos a kántaros, kompramos y  nos auto -violentamos para poder supervivir. Y de esto,  no somos  kulpables. Y muchos, muchas vamos  asumiendo   responsabilidades.
De VIDA estamos llenxs y por esto no nos sentimos kulpables. Que los prejuicios y los juicios, las miradas acusadoras y los silencios con doble cara nos quieran hacer sentir lo kontrario es diferente. Alegremente, esto no nos sucede.
Y no solo eso.
Otra realidad es que desde la juventud  se tiene más posibilidad de organización, de solidaridad, de otredad, de risas. VIDA.
Nos mostramos ante el mundo tal cual Somos, tal cual nos SENTIMOS y sí, tal vez somos adictos, pero no de lo que ellxs quieren ver, sino de lo que tanto se teme dentro de este sistema, en donde hasta por pensar lo reprimen o asesinan a unx.
Somos adictos a la DIFERENCIA, AL RESPETO, A LA DIGNIDAD, A LA LUCHA,  A LA SOLIDARIDAD, A LA ESPERANZA Y AL AMOR.

...PeRfeCtA...


Pieles perfectas, cristalinas, transparentes,
Mentirosas…
A la sombra de lo poroso
te observo,
Máscara, apariencia, ligera mitad-verdadera…
Dicen que tengo todo lo que no se quiere,
lo que no conviene ni se consensa,
genialidad condenada a no comprenderse,
Porque no es … como se piensa que es.
Y tú estás ahí,
a-pa-ren-te-men-te
sonriente.
Oblicua, perfecta,
A medias…

lunes, 31 de octubre de 2011

MoNstRUooo...

Cuando la sangre golpea en la sien sin razón,
Y  la palabra escupe verdades mentirosas,
Estás tú al otro lado para decirme,
Que es nimiedad, que no es real, que no procede.

Sin embargo mi corazón está que se acongoja,
Y deshago la tela fibra por fibra desprendiéndome las uñas,
Porque la nimiedad es para mí un manto pesado,
Que asfixia, envenena y anula.

Imposible no sentirse miserable,
poco probable aceptar vivir de lo dado,
Y muy a pesar de mis lamentos y del monstruo mentiroso,
Es real y sublime lo anhelado.

martes, 7 de junio de 2011

CRóNicAs de SaN mARTÍn Parte 1

En agosto del 2009 llegué a vivir a la mágica ciudad de San Cristóbal de las Casas. El inicio de esta experiencia fue bastante solitario, como siempre lo es llegar a vivir a un lugar nuevo; sin amig@s, sin lugares preferidos, sin saber dónde se come barato pero rico,  en fin… sin saber muchas cosas pero con toda la disposición de vivir nuevas experiencias, con toda la emoción, la expectativa, la duda, la confusión, la búsqueda.
Sí, yo llegué a San Cristóbal “buscando sin buscar” y debo decir que la soledad fue mi mejor aliada, pues sin ella, tal vez no hubiera llegado a dónde llegué y conocido a l@s que conocí.
 Vivía en una pensión en el centro donde tod@s trabajaban, difícil hacer nuevas amistades, hablaba sólo lo necesario,  o sea, “buenos días”, “buenas noches” y demás frases cordiales. Ni pensar en conocer a la gente de la facultad, pues con el teatro de la influenza, las vacaciones se alargaron un mes más.  Me dediqué entonces a dibujar, a dar paseos por los alrededores, hasta me empecé a tejer una bufanda; me gustaba dar caminatas nocturnas o ir a sentarme a “la Cruz” a ver a la gente pasar.
Disfrutaba de verdad esas caminatas, en donde podía observar, oler, ver y vivir el mundo indígena, mestizo y europeo, con su mezcla de colores, lenguajes, fenotipos, actitudes y costumbres. Sólo me faltaba un pequeño empujón para terminar de sentirme como pez en el agua.
Fue en una de esas caminatas en donde un buen día me topé con  M, un personaje de San Cris que solía usar un pasamontañas de gorro decorado con plumas, el decía que las plumas las usaba porque representaban la “libertad de sus pensamientos”. Bueno, el caso es que M me dijo “hola” y yo, que llevaba  como dos semanas sin cruzar palabra con alguien, le respondí contenta con un “hola” también.

M y los Lagos de Montebello.


No profundizaré más en este primer encuentro, el chiste es que ahora tenía un nuevo amigo que me invitó mi primer ponche con posh y prometió llevarme a explorar los recovecos de la ciudad-pueblo y más allá. La verdad es que al principio M me asustó un poco con su aspecto locuaz y con la forma de acercarse a mí, pues M es ya un señor y claro que en algún momento pensé que era “un cazador de muchachitas solas”, pero dejé mis prejuicios a un lado porque algo dentro de mí me decía que este M era bueno para mí y la verdad es que sí, desde que conozco a M siempre me ha cuidado y se ha convertido en un buen amigo, yo ahora le quiero muchísimo.
Me conseguí una bicicleta usada, fue todo un “show” encontrarla, por lo que terminé comprándola a pesar de que tenía las llantas más que gastadas. Tenía ahora mi medio de transporte y estaba contenta. Como M era mi único amigo, se la fui a presumir enseguida y él me dijo que se conseguiría una para que fuéramos a dar un paseo y yo conociera más allá del centro (bien europeizado por cierto). Total, salimos los dos a pasear y para no hacer más larga la historia, las llantas de mi bici no aguantaron la terracería, se me poncharon por ahí… en Molino Utrilla.
M me dijo que no me preocupara, que iríamos a casa de una su amiga que vivía cerca y que podía dejar la bici ahí y después pasar por ella. Caminamos un poco y llegamos a una callecita y tocamos en una puerta de colores; nos abrió K, con esa sonrisa grande que tanto la caracteriza.
En cuanto crucé la puerta sentí un no sé qué y ante lo que vi, sólo pude pensar: “yo quiero vivir aquí”. Montón de colores en esa cabañita de madera rodeada de árboles de durazno, alejada de lo sobrepoblado del centro, de la máscara de San Cristóbal.
Entramos a la cabañita y K estaba sentada en medio de un desmadre, sí, así literal, papeles y papeles sobre una mesa grandota de madera y ella ahí con cara de media preocupación, “crisis económica” dijo. Pues sí, K necesitaba algo que le hiciera paro, buscaba alguien que quisiera compartir gastos para darse una ayudadita y poder mantener a su “Camino Luminoso”. K también necesitaba a alguien que le gustara trabajar con niñ@s, pues la cabaña era una ludoteka-casa.
Escuchando todo eso, me sentí como caída del cielo para K (porque yo quería vivir ahí, porque la idea de trabajar con niñ@s me agradaba y además, ya lo había hecho antes) y encontré ese empujoncito que me faltaba. Le dije de inmediato “yo puedo vivir aquí”.
 Y así fue, en cuanto se terminó  el mes me salí de la pensión con todas sus comodidades y me fui a vivir a la periferia. La dueña de la pensión me dijo: “ten cuidado, por allá arriba son zapatistas”. ¡Qué bueno!, encontré lo que estaba “buscando”.
Al poco tiempo de llegar a vivir a San Martín, llegó A,  voluntaria alemana con cara de no romper un plato pero que conforme pasaron los días, nos dimos cuenta que no era así, estaba “loca” como tod@s en esa casa. Entre K y yo comenzamos a abrir la Ludoteka tres veces por semana, en un horario de cinco de la tarde a ocho de la noche.

La Ludoteka, la casa de San Martín, mi bici...

 Tratar de escribir todo lo que significa para mí haber llegado a vivir a San Martín es muy complicado, el corazón se me llena de alegría y también de nostalgia, definitivamente en tan poco espacio no puedo terminar de expresar todo lo que esta experiencia fue y sigue siendo en mi vida. 

Continuará...

jueves, 28 de abril de 2011

RenAtA y ROmUALDa

Renata tiene esa mirada de aquellos quienes siempre están preguntándose cosas y cada vez que se queda estática observando, se le dibuja una ligera sonrisa en el rostro, como si de verdad estuviera entendiendo al mundo. Romualda... ella tiene esa mirada de aquellos quienes siempre se ausentan, de los que siempre se despiden; es nostálgica, es pálida, es lenta.

Existe una parte de Renata que a Romualda le cansa (aunque en general ella vive cansada) y es esa la que la hace pensar por instantes que quiere dejarla. Renata quiere darle vida a Romualda, su vida; se desvive, la abraza, la besa, la ama... pero Romualda no sabe amar, jamás ha aprendido a recibir y mucho menos a dar.

A pesar de lo distante de Romualda, de sus ausencias y su frialdad, Renata estará ahí para ella, porque ella ama y ella vive y porque en el fondo, sabe que no es que Romualda no la ame, más bien piensa que no se ha dado cuenta, o al menos le gusta pensar eso y cada vez que se queda estática observando a Romualda,  se le dibuja una ligera sonrisa en el rostro, como si de verdad estuviera entendiendo al mundo.



domingo, 10 de abril de 2011

...MiYo FraGmeNtADo/SiLenCiOoooo...

I
Encuentro a menudo pedazos de mí por aquí y por allá... pedazos de lo que fui, pedazos de lo que soy y algunas veces, pedazos de lo que creo que seré.


II
Hace algunas lunas me dijeron que yo siempre estaba "down".




III
Pienso que hablar resulta liberador, le he perdido un poco de paciencia al silencio, pero irremediablemente siempre vuelvo a recurrir a él.


IV
Todos me hablan de todo, yo no hablo de nada en particular...supongo que también hablo de todo. Pero definitivamente sé que hablo menos que hace tres años.


V
Silencio.